Reseña #6: "I'll give you the sun", Jandy Nelson

Título original: I'll give you the sun

Autor: Jandy Nelson

Género: Juvenil

Año de publicación: 2014

Páginas: 371

Saga: No (libro autoconclusivo)

Jude y su hermano mellizo, Noah, son increíblemente cercanos. A los trece años, el aislado Noah dibuja constantemente y está enamorándose del carismático vecino de al lado, mientras que la intrépida Jude se lanza al mar desde acantilados, usa lápiz labial muy, muy rojo, y habla por los dos. Pero tres años después, Jude y Noah apenas hablan. Algo ha ocurrido para separar a los mellizos en caminos diferentes y dramáticos... hasta que Jude conoce a un arrogante, dañado y hermoso joven, así como también a alguien más - una nueva fuerza en su vida, aún más impredecible. Los primeros años son la historia de Noah. Los más tardíos, los de Jude. De lo que los mellizos no se dan cuenta es de que cada uno tiene sólo la mitad de la historia, y si pudieran simplemente encontrar su camino de vuelta hacia el otro, tendrían una chance para rehacer su mundo.

¡Hola, gente linda! :) ¿Cómo están?

Yo sé que debería subir algo relativo a San Valentín, pero les cuento que siempre fui medio anti :P y además anoche terminé de leer "I'll give you the sun", de Jandy Nelson, y tengo la necesidad de contarles lo que me pareció. Es un libro muy particular, y todavía tengo las emociones a flor de piel. Lo advierto: es la reseña más subjetiva que van a encontrar en este blog. Ahora sí, comencemos.

El libro gira en torno a Noah y Jude. Perdón, a NoahandJude. Nuestros protagonistas son dos hermanos mellizos que viven en California y que tienen una relación muy particular con sus padres, pero que, sobre todo, se consideran a sí mismos como una entidad indivisible, o al menos al principio de la historia. Lo que vamos a ir viendo a través de las páginas es la entrada a la adolescencia de los mellizos, y cómo, poco a poco, van construyendo su identidad.

La novela está narrada desde los puntos de vista tanto de Noah como de Jude. La única diferencia es que los fragmentos de Noah corresponden a cuando él tiene 13-14 años, y los de Jude están escritos desde la perspectiva de sus 16.

En cuanto a Noah, lo vemos a sus trece años como un joven muy introvertido que, en su entrada a la pubertad, está descubriendo su orientación sexual, lo que obviamente lo acompleja ya que no sabe cuál será la opinión de sus padres sobre este hecho. Víctima de bullying por parte de algunos jóvenes surfistas del lugar, poco a poco comienza a construir una relación especial con Brian, el vecino de al lado, lo que le ayuda a aceptar su identidad. Noah es un artista nato, tiene una impresionante habilidad para el dibujo y la pintura y uno de sus grandes objetivos es entrar a la CSA (California School of the Arts) el próximo año.

Respecto de Jude, es presentada, cuando es más pequeña, como una chica que busca agradar y que hace lo que sea necesario para ello, sin tener en cuenta las consecuencias de sus acciones. Es el típico retrato de la adolescente rebelde. Sumamente extrovertida, busca aparentar una edad que no tiene a través de su actitud y su apariencia, usualmente provocando el enojo de su madre. Jude también va a aplicar a la CSA, aunque en la primera parte del libro no parece tener esa misma pasión que siente Noah por el arte.

Varios eventos que suceden en simultáneo cambian la vida de los mellizos para siempre y es entonces cuando comprendemos el efecto que estos tuvieron en ambos: un cambio radical, que afectó a su futuro y a sus personalidades, pero que sobre todas las cosas, hizo que esa unidad indivisible del NoahandJude llegase a su fin.

Como reza la sinopsis, cada hermano tiene su parte de la historia. Y esa es obviamente una ventaja con la que cuenta el lector, que sin embargo tiene el objetivo de poner toda esa información en orden. "I'll give you the sun" es como un rompecabezas donde cada pieza encaja a la perfección dentro de un gran todo, como lo sería NoahandJude. Y ahí está la increíble habilidad de Jandy Nelson para unir de manera impecable dos historias que podrían parecer inconexas, pero que tienen tanto en común una con otra que uno, como lector, va atando los cabos página tras página y dándole el sentido que a los mellizos, por ahora, les falta. Es por eso que mientras uno va leyendo puede preguntarse "¿Y esto?", para luego, varias páginas más adelante, decir "¡Aahhh, con razón! ¡Ahora entendí!" y desear con todo el alma que los mellizos también lo entiendan como lo hicimos nosotros.

Por supuesto que las historias de Noah and Jude no se unen de la nada. Para ello, Nelson echa mano de personajes que revisten una importancia fundamental para la trama: la abuela Sweetwine, como un espíritu, una presencia, que guía a Jude por mucho tiempo; los padres de los mellizos, Benjamin y Dianna; Guillermo, un escultor huraño y solitario que se convierte en mentor de Jude y que resulta clave en numerosas instancias de la novela; Oscar, un joven inglés que está interesado en la fotografía y que vive con Guillermo; Brian, el carismático vecino de al lado, son solo algunos de los personajes que cobran vida a través de las páginas y salpican la trama de tantas emociones que hacen que uno llore, se ría y se enamore, todo al mismo tiempo.

El amor, por supuesto, es un elemento fundamental en la trama. Lo que me encantó fue que ambas historias de amor (la de Noah y Brian, y la de Jude y Oscar) van construyéndose de manera paulatina, quizás más apasionada en el caso de Noah, por la edad y por su personalidad, pero ambas son tan realistas que uno se enamora con ellos, suspira al mismo tiempo y también se enoja y se frustra, por supuesto, porque al fin y al cabo así es la vida real, ¿no? Por no mencionar otras historias que también aparecen y de las cuales no puedo develar absolutamente nada porque quiero que les quede la boca abierta de la sorpresa como me pasó a mí.

Lo cierto es que fue una novela que tardé en leer, pero por el simple hecho de que me estaba gustando tanto que trataba de demorar la lectura porque no quería que se terminara. El final es perfecto, donde todas las piezas, hasta las más pequeñas, caben dentro del puzzle. Son casi cuatrocientas páginas llenas de cambio, de aceptación, de dolor y sobre todas las cosas, de ese amor puro que hace que todo valga la pena, que todos seamos un poquito mejores cada día. Lloré, me reí, me emocioné, quise zamarrear a algún que otro personaje, logré empatizar con ambos hermanos en los diferentes momentos de sus vidas, y amé a Jandy Nelson por habernos regalado un libro como este, donde todos los sentimientos te quedan a flor de piel.  

En resumen...

Si la estructura del Tacita System me permitiera ponerle más puntaje, sin dudas que lo haría. Una historia preciosa, de principio a fin. Creo que es, en definitiva, el mejor libro que leí en el año, y me animo a decir que uno de los mejores que tuve el placer de leer a lo largo del tiempo.

Simplemente maravilloso.